Si sientes que ya no cabes en tu casa, y no por tener más de 30 años y seguir viviendo ahí, sino porque las dimensiones de tu cuerpo no van acorde a los espacios; es decir, que tal que tu mami de niño(a) si te dio tu aceite de hígado de bacalao y ¡Sorprendente. Te funcionó! Y ahora eres una criatura de 1.90 en un espacio para alguien de 1.60, pues obviamente te sientes como en un eterno auto-sardina.
Si algo te puede consolar, es que no eres la única persona con esa sensación, aunque parezca de risa, muchas veces los arquitectos no toman en cuenta las dimensiones humanas en las construcciones, pero siendo realistas, es lo más importante a considerar, ya que el propósito de un inmueble, en su mayoría, es ser habitado o visitado y en este país que no existe –lo que vendría siendo- un estándar del mexicano común, es más difícil, ya que tenemos una gran variedad de personajes con diferentes condiciones antropomórficas, en palabras más sencillas, en un espacio, debe caber desde el alto, hasta el gordito, la caderona, la chaparrita y demás.
Y no sólo es considerar esas condiciones físicas, sino también los espacios que utilizarán cada uno de los posibles personajes, ya que si tu inmueble es un edificio habitacional, las áreas comunes, de esparcimiento y espacios de circulación, deben ser amigables tanto con un niño pequeño como con un anciano o alguien con alguna capacidad diferente e incluso para mascotas.
Da gusto, que cada vez se tiene más conciencia respecto a la diversidad y a la construcción de espacios amigables, pero aún falta por hacer y en los inmuebles ya construídos, existen muchas áreas de oportunidad al respecto, así que les compartimos gratuitamente el libro “Las dimensiones humanas en los espacios interiores” en formato PDF, para que le des una “checadita” y pongas en acción todos esos factores en tu próximo proyecto arquitectónico.
Descargar “Las dimensiones humanas en los espacios interiores”