Si ya llegaste a la edad en que lo único que necesitas para ser feliz es un techito, el Netflix y que nadie te esté molestando, te vamos a contar que a pesar de la complicada situación que estamos viviendo, este es el momento perfecto para hacerte de una vivienda, siempre y cuando cumplas con ciertas condiciones que pueden hacer de esta una gran e irrepetible oportunidad.
En los últimos 4 años las tasas de interés han estado en su mínimo histórico.
Si ya estás investigando, seguro te diste cuenta que los bancos están prestando a tasas más bajas y privilegiando a los créditos otorgados contra algo real, en este caso: tu futura casa, que es un bien que a ellos también les da seguridad, como dato interesante, las hipotecas están en su punto más bajo en los últimos 4 años.
Los créditos hipotecarios están en modo accesible.
Es una gran oportunidad para comprar barato y vender caro, ya que mucha gente perdió su empleo o sus ingresos se redujeron para lo indispensable. La compra de vivienda, la neta sólo aplica, si tienes para el enganche y si estás seguro de que tus ingresos no se verán afectados por esta situación, ten por seguro que en un estimado de diez años la casa que compres hoy aumentará muchísimo su valor.
Las viviendas siempre aumentan su valor (a menos que algo muy ca… nijo suceda)
El secreto de nuestro país, para no estar tan afectado por la crisis, es que en México siempre estamos en crisis, así que de una forma u otra, ya estamos acostumbrados a vivir así, esta inestabilidad económica a muchos les quita las ganas de comprar casa, pero lo realmente interesante aquí es que como existen pocas personas dispuestas a comprar casa, esos aventureros encontrarán estímulos, apoyo, descuentos y promociones para que te animes a hacerlo. Además al contrario de algunos bienes, un inmueble siempre será una inversión que crece al paso de los años.
Los precios bajaron, porque no hay demanda.
Fíjate que ahorita existe gran cantidad de viviendas ya terminadas, sólo en espera de ser habitadas, pero con esto de la pandemia, muchas personas optaron por desocupar los lugares que rentaban e incluso algunos regresaron al “nido materno” para evitar pagar rentas y aprovechar esta oportunidad de la vida para convivir con la familia de nuevo y comer la deliciosa comida de mamá –de a gratis-, en ocasiones forzados por la pérdida de empleo o la falta de ingresos en los negocios, en el caso de los emprendedores. Esto orilla a las constructoras a ofrecer precios atractivos para la compra de viviendas.
Los bancos tiran la casa por la ventana.
Esta situación no se había vivido y probablemente los astros no se vuelvan a alinear de la misma forma para que se presenten las condiciones que estamos viviendo. Los bancos están otorgando nuevos créditos hipotecarios y los están haciendo más fáciles de pagarse.