En este mes del PRIDE, además de reconocer a los personajes de la arquitectura que han logrado destacar en esta hermosa profesión para la que la orientación sexual no importa, también reconoceremos en especial a una construcción muy particular, ubicada nada más y nada menos que en el Reino Unido, que al paso de los años se convirtió en un símbolo del “Love is love”.
Christoper Tunnard es el arquitecto canadiense protagonista de esta historia de amor y arquitectura, él se encargó de diseñar una fabulosa mansión al sur del Reino Unido, nada más y nada menos que para vivir con su pareja: Gerald Schlesinger, comisionista de bolsa, quien financió la construcción. Ustedes dirán que eso que tiene de malo o de especial, pues lo interesante de este asunto es que eran los años 30 y la homosexualidad aún era considerada como una enfermedad mental y podían enviarlos a prisión, ya que fue hasta 1967 cuando se dejó de considerar como delito las prácticas homosexuales entre adultos, además del ya implícito rechazo de la sociedad.
Este casononón, es una casa de dos habitaciones, cada una con su baño y cama, independientes la una de la otra, pero “guiño guiño”, las divisiones entre los cuartos podrían retirarse y hacer de los cuartos uno solo. Cuando la pareja recibía visitas, se colocaban las divisiones y quedaban de nuevo las piezas independientes.
Al paso de los años esta modesta mansión, fue reconocida como patrimonio, incluso por Historic England, al haber sido testigo de la formación de la sociedad como la conocemos hoy en día y reconocida como símbolo de lucha de los derechos de la comunidad LGBT, declarada como vivienda protegida nivel 2, según el sistema de protección de patrimonio inglés.
Phil Manzanera, productor musical construyó en los 70s un estudio en uno de los cuartos, donde el ex Pink Floyd David Gilmour, Paul Weller y Robert Wyatt grabaron discos cobijados bajo ese nidito de amor, cuyo valor hoy en día es de 12 millones de dólares.