¡No soy pulpo! Es uno de los principales pretextos que muchos ponemos cuando se nos junta el trabajo. Sacrificar nuestro tiempo social o familiar por algún inconveniente laboral nos cuesta mucho trabajo y hasta lo hacemos de malas porque sabemos que ese tiempo es perdido, pero ¿saben quién hace todo esto sin decir una sola palabra? Mamá
Ser madre es una tarea titánica, pero ser madre profesionista es una de las labores más difíciles del mundo ya que te debes partir en pedazos y a veces, sacrificar tiempos de calidad social o familiar con tal de perseguir tus sueños profesionales y como muestra te pongo de ejemplo un día común en la vida de una mamá arquitecta.
El día de una mamá ARQUITECTA
5 a.m. En caso de ir a oficina, se levanta a las 5 de la madrugada y se mete a bañar, a preparar el desayuno de la familia y se dispone a ir a trabajar.
6 a.m. Despierta a sus hijos y a su esposo con el desayuno en la mesa y ella termina los últimos detalles para salir a ganarse el pan de cada día.
7 a.m. En el transcurso a su trabajo atiende el teléfono ya que sus hijos se pelearon y debe resolver esos problemas vía celular.
8 a.m. Llega al trabajo y comienza a revisar correos, ver los pendientes del día y además, le desea bonito día a su esposo que también ya va rumbo al trabajo.
10 a.m. La llaman a junta para ver un nuevo proyecto con cliente, pero al mismo tiempo está planeando una salida con sus amigas para el próximo fin de semana.
12 p.m. Sale de la junta con más trabajo ya que el cliente quiere un primer boceto al final de la semana por lo que decide cancelar la salida con sus amigas.
2 p.m. Se dispone a comer, pero le exigen unos cálculos estructurales por lo que decide comer en su lugar de trabajo para no perder tiempo.
4 p.m. Le llama uno de sus hijos para decirle que tiene hambre y no encuentra la comida en el refrigerador
6 p.m. Entrega sus pendientes y se dispone a salir temprano para llegar a cenar con su familia
7 p.m. El jefe decide llamarla a una junta “rápida”, llama a casa para avisar que llegará tarde y que cenen sin ella.
9 p.m. Llega a casa cansada, pero llega a lavar trastes y acomodar el desastre que hubo en casa.
11 p.m. Cansada y agotada su esposo le dice los problemas financieros que hay y todavía tiene energía para estar con su esposo.
11:59 p.m. Duerme pensando en sus pendientes, en los problemas en casa y en que ese día no pasó ningún minuto disfrutando a su familia.
A veces no nos ponemos a pensar en todo el sacrificio que hacen las madres profesionistas para sacar a su familia adelante, si tienen un esposo que las apoye en las tareas del hogar o no, si ellas tienen un tiempo libre para ser ellas mismas o si tan solo les preguntamos ¿cómo estás?, ¿qué te hace falta para ser feliz?, este artículo además de ser una felicitación y agradecimiento por todo su sacrificio, también es un llamado a que este día y el resto del año, las escuchen, las apapachen y que valoren todo lo que hacen por nosotros.
¡Gracias por todo, mamá!