La arquitectura no tiene por qué ser seria y aburrida. Los arquitectos tienen la oportunidad de ser creativos y salirse de lo convencional, como demuestra el Kinder “Die Katze” en Karlsruhe, Alemania. Este jardín de infantes, diseñado por el artista y ilustrador francés Tomi Ungerer en colaboración con la firma de arquitectos Suzan Yondelis, es un ejemplo de cómo se pueden crear edificios hermosos y perfectamente funcionales que estimulan la imaginación de los niños.
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Un edificio imaginativo y funcional
El Kinder “Die Katze” destaca a simple vista con su forma de gato en posición de esfinge, como si hubiera sido imaginado por la “Loca de los gatos” misma. Sin embargo, este diseño peculiar no es solo una excentricidad, sino que cumple su propósito principal: hacer que los niños amen ir a la escuela y estimular su imaginación. Además, es uno de los jardines de infantes más codiciados de la localidad.
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Cada parte del gato cumple una función especial
Cada elemento del diseño del Kinder “Die Katze” tiene un propósito específico. En la cabeza del gato se encuentra el aula principal, iluminada por luz natural que entra a través de las ventanas que representan las pupilas del gato. En la pancita del minino se encuentran la cocina, el comedor y los vestidores, que ofrecen comodidad y funcionalidad.
Escaleras en la boca y tobogán en la cola
En la boca del gato, se encuentran unas escaleras que conectan la planta baja con la planta alta del edificio. En la parte trasera de la planta alta, se encuentra un tobogán que conduce hacia el área de recreo en la planta baja. Sorprendentemente, ¡el tobogán es la cola del gatito! Esta característica única agrega diversión y aventura al diseño del jardín de infantes.
Las patas y el jardín en el techo
Las patas del gato han sido acondicionadas como áreas de juego adicionales. Los niños pueden disfrutar explorando y escalando en estas estructuras diseñadas para fomentar el juego y la interacción social. Por último, el techo del edificio, o mejor dicho, el jardín del gato, imita perfectamente el pelaje verde de un felino cuando se ve desde arriba. Esta característica estética agrega un toque especial y crea un entorno agradable para los niños.
Conclusión
El Kinder “Die Katze” es un claro ejemplo de cómo la arquitectura puede ser creativa y funcional al mismo tiempo. Este jardín de infantes ha logrado combinar un diseño único con la comodidad y la estimulación de la imaginación de los niños. Como resultado, se ha convertido en uno de los jardines de infantes más populares de Karlsruhe, Alemania. El Kinder “Die Katze” demuestra que la arquitectura puede ser divertida y atractiva, y que los espacios educativos también pueden ser emocionantes para los niños.
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